INCONTINENCIA URINARIA, MUCHO MAS QUE EL TRABAJO DEL SUELO PELVICO.

Cuando nos encontramos delante de una mujer con incontinencia urinaria en lo primero que pensamos es en una debilidad de la musculatura del suelo pélvico y la primera medida de actuación suele ser tonificar esta musculatura con ejercicios conocidos como los del Kegel para fortalecer.

La continencia estará asegurada si somos capaces de contrarrestar las presiones que vienen a nivel abdominal y para ello necesitamos un buen tono del suelo pélvico si, pero también un buen tono de la cincha abdominal y los rotadores de cadera para que reparta bien las presiones hacia este periné. Asegurando una buena movilidad de la vejiga en todos sus planos para mantener la expansión de esta y conservar el ángulo entre la vejiga y la uretra.

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La uretra tiene una capacidad de elongación de 0,5 a 1 cm ; pero perder esta elongación por:

  • Infecciones de repetición que pueden provocar fijaciones de la uretra.
  • Alimentaciones demasiado acidas que alteran el PH de la orina y con ello provocan una hiperactividad del músculo detrusor.
  • Así como adherencias post-quirúrgicas o malposiciones uterinas por miomas, fibromas…o por tensiones en el post-parto que alteran la posición del útero y con ello la vascularización y drenaje de la vejiga y la uretra.

Necesitamos eliminar presiones sobre la vejiga para que esta sea capaz de expandirse en su llenado y ascender y descender sin perder el ángulo uretro-vesical.

Por la orientación del diafragma torácico llevará la presión hacia el ombligo, necesitamos un buen tono abdominal, para contrarrestarla y llevada hacia la parte posterior del suelo pélvico, que es más fuerte que la anterior y es capaz de soportar estas presiones.

Por ello no sólo tenemos que tonificar el suelo pélvico; sino que debemos eliminar las presiones que están ocasionando esta irritación.

Por lo tanto, observando la postura podemos hacernos una idea de las presiones que está soportando la vejiga y valorar que áreas están en disfunción.

Como siempre, nuestro abordaje va más allá de focalizarnos en el síntoma, debemos ampliar nuestra visión para contemplar todos los factores que están implicados en la lesión y solo así conseguiremos corregirla eficazmente.

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